Editorial Gedisa, octubre 2023
Heréticas: Desde las desconocidas profetas Maximila y Priscila hasta sor Juana Inés de la Cruz, Juana de Arco o Teresa de Ávila. Las mujeres rebeldes del cristianismo.
En Heréticas, la historiadora y teóloga italiana Adriana Valerio, nos acompaña en un recorrido por la vida valiente, rebelde y fascinante de mujeres que no se comportaron como la sociedad y la religión de la que formaban parte esperaba de ellas.
Desde las desconocidas profetas Maximila y Priscila hasta sor Juana Inés de la Cruz, pasando por figuras como Juana de Arco, Teresa de Ávila o las miles de condenadas por brujería, este libro profundiza en la cara menos conocida de la historia del cristianismo, la protagonizada por mujeres.
Heréticas nos descubre el verdadero significado de la palabra «herejía». La autora se pregunta: ¿qué es la herejía después de todo? La respuesta viene, como sucede tantas veces, desde la antigüedad: «la palabra griega herejía corresponde al latín electio, elección, para indicar que el hereje elige según su propia voluntad la idea que quiere apoyar o aceptar».
En su recorrido nos presenta las historias de figuras como Juana de Arco, quien es quizás la «hereje» más conocida de la historia. Llamada, según su versión, por Dios para salvar a Francia de los ingleses y proclamar a Carlos VII como rey legítimo, Juana rechazó su condición de mujer y se vistió de hombre dispuesta a llevar al ejército francés a la victoria. Después de luchar valientemente y lograr increíblemente estos objetivos, fue traicionada y entregada a los británicos. Murió como hereje y en la hoguera a la edad de 19 años, en 1431. Se limpió su nombre hasta el año 1456, demasiado tarde. En 1909 fue beatificada y posteriormente canonizada.
Este libro tiene un objetivo tan difícil como importante: reconstruir la memoria de las mujeres en la historia del cristianismo, abrirnos los ojos al concepto de herejía y a la condición de la mujer a lo largo de los siglos y, lo más importante, darles voz y recuperar sus historias desconocidas.
Adriana Valerio también profundiza en la historia de sor Juana Inés de la Cruz, mujer brillante hoy famosa sobre todo por sus poemas. Sor Juana se atrevió a argumentar que también era derecho de la mujer poder estudiar las sagradas escrituras, y no sólo eso: dio su interpretación a la frase pronunciada por Pablo (1 Cor, 14, 34): «Las mujeres callen en la asamblea». Según ella, el apóstol no pretendía negarles la palabra a las mujeres, sino que simplemente les dijo que no conversaran durante el sermón. No hace falta decir que el tribunal de la Inquisición no tomó bien el asunto.
Obligada a retractarse en 1692, sor Juana también tuvo que ceder toda su biblioteca, sus instrumentos musicales y matemáticos al arzobispo Aguiar y Seijas para limitarse a una vida ascética que la llevó a la muerte. Una mente tan viva no podría sobrevivir a un silencio del intelecto.
Como sostiene Adriana Valerio citando a la estudiosa Karen L. King, son las autoridades religiosas masculinas las que establecen la regulación de la fe, definen qué escritos y enseñanzas deben aceptarse, y guían su interpretación. Eso nos lleva, entonces, a preguntarnos desde dónde se juzgó y consideró a las mujeres.
Adriana Valerio no deja a nadie atrás, así que en este texto también descubriremos nombres menos conocidos, como Massimila, profetisa que pretendía encarnar a Cristo, Priscila o Quintilla, a quienes se atreibuye -las fuentes no son claras al respecto-: «en forma de mujer, ataviada con un vestido espléndido, Cristo vino a mí, me dio sabiduría […]».
Pasando por las mujeres-brujas fuertemente torturadas para encontrar la marca del diablo, llegamos al presente donde incluso la idea revolucionaria de María Montessori de educar a los hijos en la libertad y el amor, creó un escándalo. Una herética moderna.
0 Comments