Caligrama, septiembre 2020
La literatura de la pérdida y el duelo en Ese nombre que desapareció, de la autora A. J. Jiménez quien construye un drama hiperrealista que ahonda en el fallecimiento de los seres queridos y en la lucha para seguir viviendo a pesar de todo.
La editorial Caligrama publica Ese nombre que desapareció. Inspirada en la muerte de su madre, A. J. Jiménez presenta a José a quien el fallecimiento de su mujer le cambiará la vida. El protagonista se encerrará en una cárcel de pensamientos y de emociones que le harán plantearse el verdadero sentido de su existencia. ¿Logrará José reponerse ante tanto dolor y sufrimiento?
Esta novela es una apología de los sentimientos claros y sinceros. La autora no juega a negacionismos y habla sin edulcorantes sobre el dolor que no cesa, sobre la infelicidad sobrevenida, las nostalgias perpetuas y el desgarro irreversible. En algunos momentos, sus reflexiones nos hacen pensar en el diario que la científica Marie Curie escribió tras la muerte de su marido en 1906; así, la obra de A. J. Jiménez construye un constante dialogo interior y lo expresa a través de monólogos intimistas y sobrecogedores que muestran, además, la fragilidad con la que el ser humano se enfrenta a la vida, en contra de la idea de la fortaleza, casi superpoderosa, para superar las vicisitudes.
José también deberá lidiar con los recuerdos, las preguntas nunca formuladas, los errores del pasado y los tabúes, como la propia idea de la muerte. «Parecía que si decía en alto lo que pensaba corría el riesgo de que sus mayores miedos se hicieran realidad y evitaba al máximo conversar sobre el asunto», dice una frase del libro. La escritora confiesa que «ha sido sumamente difícil escribir sobre el dolor psíquico. Tratar de definir los sentimientos resulta una de las tareas más complicadas de la comunicación». Ese nombre que desapareció acerca un relato hiperrealista y visceral de todo aquello que el personaje principal padece, una amalgama de alteraciones y sobresaltos en el ánimo y, en definitiva, un libro que nadie debe perderse.
A. J. Jiménez, nacida en el Madrid del año 1987. Única hija de un hombre manchego y una mujer extremeña. Cursó sus estudios en Derecho en la Universidad Carlos III y trabaja actualmente de jurista. Heredó la pasión por la lectura y la escritura de su madre, de profesión maestra; y descubrió el gusto por la pintura de su padre, estudiante de Bellas Artes.
Muy recomendable…Siempre es bueno comparar sentimientos de otras personas con los tuyos propios en momentos tan dificiles,aunque pase el tiempo los recuerdos siempre están a flor de piel. Gracias por el libro!
Un gran libro que entretiene y hace pensar sobre la fragilidad de la existencia y de la felicidad. Despierta emociones en el lector con su prosa fluida y directa y las situaciones presentadas, con las que uno fácilmente se puede identificar.
Hay que disfrutar y estar agradecidos de lo que se tiene cuando se tiene y vivir el presente, sabiendo que, por desgracia, nada es permanente.