Nunca pensé que un mensaje dando las gracias por la invitación a una presentación diciendo que no podíamos asistir, tuviera como final un encuentro tan agradable.

Y eso fue lo que pasó tras unos cuantos mensajes y gracias a Alba Fité (Ediciones Destino) que se puso en marcha y a Alejandro Palomas que enseguida recogió el guante. Poco nos costó buscar el día, un hueco que Alejandro tenía disponible y el lugar donde encontrarnos.

El viernes 22 de enero, en el Hotel de las Letras, tenía lugar un encuentro que se nos pasó en un suspiro pese a que superamos con creces el tiempo que, en principio, Alejandro tenía disponible. Perdón por hacerte llegar tarde a la cena que tenías, pero es que el tiempo se nos pasó sin darnos cuenta. Debió ser que todos estábamos muy a gusto.No éramos muchos, cuatro blogueras y Alejandro, y para romper el hielo empezamos hablando de mascotas, perros y como no podía ser de otra manera de Rulfo. No nos costó mucho entrar en ambiente y rápidamente estábamos inmersos en una charla en la que hablamos de muchas cosas.

Ninguna de las que estábamos allí habíamos terminado de leer Un perro, no nos había dado tiempo, y mientras se interesaba por donde íbamos más o menos, nos contó que su madre le había llamado el día anterior para decirle que lo había acabado y que le comentó que había «llorado tanto», algo que sorprendió ya que su madre no es muy llorona.Hablamos de la gran sorpresa que nos llevamos cuando al iniciar Un perro nos habíamos encontrado con Amalia y Fer. Y es que Alejandro nos aseguró que se había encargado de que fuera eso, una sorpresa. Que le encanta sorprender, le gusta jugar y arriesgar.

No quería que Un perro fuese una segunda parte, quería que se pudiera leer sin haber leído Una madre y buscar el impacto si lo habías hecho. Además quería quien hubiese leído sólo uno de ellos buscase leer el otro, que fueran dos lecturas interdependientes e independientes. Asimismo comentó que le gustaría retomar otra vez estos personajes y seguir con ellos porque son su familia y se da cuenta de que va poniendo piezas en ese rompecabezas que es el universo que está creando, así que posiblemente volvamos a disfrutar de otros momentos de esta familia.

También nos habló del desgaste que le supone escribir cada una de sus novelas. Un desgaste tanto físico como emocional, motivo por el cual las escribe en períodos muy breves, en este último caso 3 meses aproximadamente. No puede hacerlo durante más tiempo porque no lo aguantaría, ya que todo lo vive muy intensamente, lo siente. Para él es como un Gran Hermano que dura todo el proceso de creación. Vive con sus personajes todo el día, come, duerme, habla, siente, sufre, todo lo hace con ellos, está siempre con ellos, se siente habitado por ellos. Por eso, cuando acaba la novela y los personajes se marchan es terrible porque se siente huérfano, por eso intenta inventarse cosas para que no se vayan y es muy difícil vivir sin ellos, ya que se acomoda al mundo que con ellos crea a su medida, es un mundo ideal, un mundo lleno de respeto y cariño, el que le gustaría encontrar y ya que no lo encuentra lo crea.

Al comentarle que cuando leíamos sus novelas nos reíamos mucho y llorábamos mucho, y que pasábamos de una cosa a la otra sin transición, nos dijo no ser consciente de como lo hace, que sus libros son como él y él no sabe ser de otra manera, porque lo necesita y porque tras uno de esos momentos en los que tenemos un nudo en la garganta necesita, de repente, cortar y reírse, que es muy complicado pero que es que él es así.

Tampoco hubiese imaginado que los lectores se sintieran tan identificados con sus personajes o que vieran en éstos reflejados a personas de su entorno, porque es algo que nunca a buscado y que lo que más le alucina es que los lectores sientan a sus personajes como si fueran parte de su familia.

Además, nos confesó que al igual que nos pasa a nosotros, a él acabar Un perro le costó muchisimo porque veía que estaba llegando al final y se iba a quedar sin su mundo. No quería despedirse.

Para Destino y su equipo sólo tuvo buenas palabras. Una editorial a la que llegó sin el libro, presentándoles su proyecto que en ese momento era Un Perro, y a ellos les pareció bien y le dijeron que adelante.

Calificó el trabajo de creación y confección con esta editorial como una experiencia maravillosa, por cómo lo han realizado, la ayuda y la libertad que ha tenido a la hora de elegir la portada, la sinopsis, todo ha sido fantástico.

Como no podía ser de otra manera salió a colación esa novela por la que muchos de nosotros sentimos verdadera pasión, al igual que Alejandro, y que se encuentra entre nuestros favoritos: El tiempo que nos une. 

Alejandro reconoció que esta novela es tan especial para él, que en cada una de sus presentaciones aunque siempre habla de todos sus libros, pero cuando acaba siempre termina recomendando y haciendo hincapié a todos los que han asistido en la «necesidad» de leer El tiempo que nos une. Los que lo habíamos leído estábamos de acuerdo en que es imperdonable no haberlo hecho, aunque sigue habiendo mucha gente que no lo conoce, pero ya nos anunció que él se va a encargar de que se conozca. (Los que no la hayáis leído tenéis una buena oportunidad ahora que Booket la ha sacado en edición de bolsillo).

Además nos hizo una confesión, una de las mujeres que aparece en la portada de esta edición es la verdadera Mencía.

Como podéis suponer la charla dio para más. También hablamos de autores y lecturas, sobre blogs, editoriales, como era la relación de los blogueros con editoriales y escritores, reseñas, opiniones, comentarios y redes sociales, entre otras cosas. Al final de todo un poco, como en cualquier reunión de amigos en la que el tiempo se pasa sin darnos cuenta.

No puedo terminar este post sin reiterar nuestro agradecimiento a Alejandro Palomas, Alba Fité y Destino por hacer posible este maravilloso encuentro y, desde aquí avisamos, que estamos dispuestos a más.

FICHA DEL LIBRO
FRAGMENTO