Planeta, diciembre 2019
DŌ El camino japonés a la felicidad. Junko Takahashi nos descubre los secretos japoneses de la plenitud, la armonía y la felicidad.
En japonés, dō significa ‘camino’. Se utiliza para formar los nombres de diferentes artes, disciplinas y deportes, pero es mucho más que un sufijo: simboliza la forma de vivir, sentir y actuar de los habitantes del país del sol naciente.
A través del fascinante mundo de las disciplinas ancestrales japonesas —como el kōdō, la ceremonia del incienso; o el chadō, la del té—, el lector podrá acercarse a la filosofía de Japón, basada en la estética, la ética y la sabiduría del ahora.
Tras el éxito nacional e internacional de El método japonés para vivir 100 años (traducido a más de 8 idiomas), la periodista y escritora Junko Takahashi recorre en su nuevo libro el camino para descubrir los secretos japoneses hacia la plenitud, la armonía y la felicidad. En japonés, el ideograma dō significa «camino». Unido a otras palabras, simboliza diferentes artes, disciplinas y deportes; pero no solo eso: también refleja las maneras de vivir, sentir y actuar de los japoneses. A través del sorprendente mundo del kōdō, el camino del incienso; el kadō, el camino de las flores; el kyūdō, el camino del arco; el shodō, el camino de la caligrafía, y el sadō o chadō, la ceremonia del té, los lectores de Dō. El camino japonés de la felicidad podrán acercarse a la fascinante filosofía del país nipón, basada en una estética sencilla que resalta la belleza de la imperfección y en la sabiduría del ahora.
Tal y como explica la autora de Dō. El camino japonés de la felicidad, cada uno definimos nuestra propia felicidad, pero el deseo de alcanzar la paz interior es común a todos nosotros. ¿Cómo conseguirla? A través de la meditación, practicando deporte, viajando, abstrayéndonos en las cosas que disfrutamos y, también, mediante las artes tradicionales japonesas, las cuales se entienden como el recorrido que se hace al aprender una materia con el objetivo de llegar a un nivel más alto. Sin embargo, el aprendizaje, en realidad, nunca termina, así que a través del dō no solo se consigue dominar la técnica, sino que también es una fuente de crecimiento personal.
En Dō. El camino japonés de la felicidad, la autora hace un repaso histórico y práctico de cada una de las artes que aborda, destacando un origen común: las artes marciales y las artes tradicionales que incluyen el término dō en sus nombres tienen una fuerte influencia del budismo zen, considerada una religión práctica, ya que nos enseña a encontrar la iluminación espiritual a través de la experiencia. Además, los elementos estéticos del zen, definidos por el especialista en budismo y gran pensador Shin’ichi Hisamatsu (1889-1980), influyen en el camino de las artes tradicionales: la asimetría, la simplicidad, lo marchito, la naturalidad, vivir con la mente libre, el misterio y la profundidad y la serenidad. De esta forma, en las artes japonesas se da especial importancia a los espacios, porque se entiende que también forman parte de las obras como en el caso de la caligrafía; o se destaca la belleza del paso del tiempo, algo visible en las plantas marchitas usadas en los arreglos florales. También para disfrutar del dō se requiere quietud.
Me lo llevo!! Últimamente necesito buscar alternativas.
Besukis.