Universo de letras, junio 2022
Diario de ejercicios de Raúl Romero, una genialidad de libro para los que quiera tomarse con humos un exigente plan de entrenamiento físico.
El limeño Raúl Romero, conocido animador televisivo y fundador de mítica banda rockera Nosequién y los Nosecuántos, saca al mercado de la mano de Editorial Universo de Letras una obra tan surrealista como hilarante
Cuando uno siente que ya le ha llegado la hora de mirarse frente al espejo y toma la severa decisión de prometerse a sí mismo que, esta vez sí, no claudicará en la tantas veces anunciada (y demorada) puesta a punto desde el punto de vista físico, suele ser una buena idea acudir a un especialista en cuestiones de entrenamiento y preparar una agenda de ejercicios para conseguir el tipín que todos deseamos y rebajar los kilos y la flacidez que tan poca gracia nos hacen. Todos sabemos a qué nos referimos cuando hacemos referencia a la conocida Operación Bikini, ¿no es cierto?
Con este planteamiento arranca Diario de ejercicios, la nueva obra Raúl Romero (Lima, 1961), un autor muy polifacético que saltó primero a la fama cuando fundó y ejerció de vocalista de Nosequién y los Nosecuántos, una banda rockera de enorme éxito en Perú en los años noventa. Hasta hace poco también ha brillado como presentador y animador en la pequeña pantalla. Muchos los recordarán de La Voz Perú, Canta si puedes y Amigos y Rivales. Este creador tan polifacético ha parido ahora un libro inclasificable y genial. Nos llega de la mano de la Editorial Universo de Letras y se titula Diario de ejercicios.
En él, el protagonista, la voz narradora, llega a tener una relación íntima, de amor odio, muy pasional… con todos los retos atléticos que se ha planteado y que parece que no van a ser de fácil cumplimiento. «Yo soy tu creador. Eres mi amigo». Tal es el punto de partida de una relación hilarante, surrealista, digna del mejor humor de los Hermanos Marx. Puede que con este originalísimo libro, el lector no acabe hecho un Adonis, pero lo seguro es que echará unas risas.
Echemos un vistazo al interior de sus hilarantes páginas: «Por eso, es el momento de advertir a quien, contra mi voluntad y nuestro juramento, pudiera tenerte en sus manos, que nada va a detenerme si de impedir que te lean se trata, y cuando digo «nada», incluyo el uso —que su acto infame me franquea— de muy diversas capacidades de las que estoy dotado para encontrar, hacer el seguimiento, abordar, neutralizar y escarmentar a ese profanador de nuestra secreta amistad, aun cuando ese infractor sea un comando de la aviación naval panameña entrenado en acciones antisabotaje». Lo dicho, estamos ante una genialidad made in Raúl Romero.
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