Universo de letras, septiembre 2023
Cuadernos de primavera, la incontestable novela que destripa los vaivenes sentimentales de nuestros años de estudiante
Editorial Universo de Letras apuesta con firmeza por la ópera prima de Alyosha Izotzenko, un autor al que habrá que seguir muy cerca por lo prometedora que se presenta su carrera literaria.
Los que tienen la fortuna de encontrarse en sus años mozos, durante la excitante etapa de estudiante, se verán perfectamente reflejados en una narración de mirada larga por la que la inquieta Editorial Universo de Letras ha decidido apostar con firmeza. Los que ya nos encontramos en una etapa posterior de la vida, como es el caso del humilde firmante de esta nota, podremos disfrutar de literatura de muchos quilates, que nos muestra cómo pueden llegar a producirse cicatrices emocionales por los romances fugaces que experimentan los que se encuentran, precisamente, atravesando la estación en la que florecen las flores.
Haciendo un símil, si Vivaldi glosó la primavera como una pieza inmortal, hilvanada en Mi mayor, que emulaba luz pura y cálida de la estación primaveral, Alyosha Izotzenko ha bordado en su primera incursión en la narrativa un libro memorable, preñado de mirada larga y de honda amenidad. La trama nos habla de Feña, un joven inseguro que marcha a estudiar unos meses a Bolonia, en Italia. Allí conocerá a una chica letona que lo deslumbrará y que le provocará un terremoto emocional.
Con una mano de autor experto, Izotzenko se sumerge en el psiquismo de la actual generación joven, desnortada por la inabarcable necesidad de satisfacción inmediata y encapsulada en unas relaciones gobernadas por las redes sociales. La fortaleza de unos personajes memorables y con hechuras de alzarse como icónicos sirve de pedestal para una narración sobresaliente.
Merece la pena que paladeemos, aunque sea por unos instantes, la potencia de una prosa que ha llegado para quedarse: «La expresión de Audra mutó. La preocupación se transformó en consternación. No sabría explicarlo, pero aquel cambio en su rostro la despojó de otra barrera. Mostró un lado que no había visto hasta entonces. Me observó afligida por unos instantes antes de desviar la mirada, avergonzada». No hay dudas de que nos encontramos ante un libro para la eternidad.
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