Aguilar, marzo 2023
El guionista y humorista Pere Aznar firma Beber, un honesto relato en primera persona sobre el alcoholismo. Un testimonio personal con una narración valiente, cruda y conmovedora. Una autoficción sin moralinas ni pretensiones ejemplarizantes que acerca al público uno de los grandes elefantes en la habitación de nuestros días: el alcoholismo funcional.
El 21 de septiembre de 2021 Pere Aznar confesaba a través de un monólogo en Late Motiv, el programa dirigido por Andreu Buenafuente donde colabora, que sufre un problema de alcoholismo. Su intervención se hace viral al instante en redes y aparece en numerosos medios de comunicación.
Sesenta y siete días antes exactamente, Pere había decidido dejar de beber, y tal y como lo cuenta en su intervención en Late motiv y en este libro, la decisión la toma en un tanatorio. Un buen amigo había muerto y llegó a su despedida con resaca. Las 48 horas anteriores habían sido todo un maratón etílico. El espejo del baño del tanatorio de un pueblo inhóspito de La Mancha le devolvió su propio reflejo. Pere se percató de su falta de conexión con la realidad, de la distorsión continuada en la que había vivido desde que con 13 años probó el alcohol por primera vez.
Partiendo de este momento catártico, Aznar construye un relato muy personal en el que la realidad se entremezcla con la ficción, sobre su relación con la bebida. Episodios, aunque crudos y reveladores, no son más que una excusa para poner en relevancia el verdadero problema del alcoholismo: el motivo detrás del acto de beber compulsivamente y los efectos devastadores en la persona y en su entorno. El miedo a la soledad.
Aznar arroja luz sobre el “alcohólico funcional” ese que puede beber cantidades ingentes de alcohol de manera continuada, pero mantener una apariencia de normalidad en su vida diaria.
De esta manera, Beber se configura también como una reflexion sobre adicciones normalizadas socialmente pero que son igualmente dañinas que tiene los mismos efectos negativos a largo plazo en la salud física, emocional y mental del alcoholismo que cualquier adicción.
El objetivo de Aznar es reírse de uno mismo y no dar lecciones de vida . Como señala el autor en sus páginas: «Beber en sí no es malo; de hecho, ojalá yo pudiera hacerlo como lo hace la mayoría de las personas. Demonizar el consumo de alcohol solo contribuye a agrandar la idealización de la autodestrucción.»
Con una excelente prosa haciendo honor a su título de cómico, Beber es una tragicomedia como la vida misma, en el que el autor da saltos en el tiempo para contar el antes, el durante y el después; los inicios, la abstinencia y la recaída y la vuelta a la casilla de salida.
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