NUESTRA OPINIÓN …
Sí, me gustan las novelas de abogados, creo que ya os lo he dicho en alguna ocasión. Quizás se deba a tantos años trabajando en ese gremio, no lo sé, pero lo cierto es que me ponen una novela de abogados delante y me es difícil resistirme. Y precisamente eso es lo que me ha ocurrido con Aurelia Villalba. Abogada de familia de Luis Zarraluqui.
Aunque sin entrar en tecnicismos y en por menores jurídicos, lo cual es de agradecer porque pueden ser verdaderamente tediosos, Luis Zarraluqui, abogado y socio-director de uno de los despachos más conocidos y prestigiosos que se dedica al Derecho de familia, teje una historia en torno a esta abogada de familia nutriéndose de su experiencia en esta materia y ficcionando algunos de los casos reales más impactantes que ha llevado en su Despacho.
Demandas de paternidad, custodias compartidas, pensiones compensatorias, forman parte de un relato, en el que según el mismo autor dice, nada de lo que se cuenta es cierto aunque todo es real.
Aurelia Villalba es una mujer peculiar. Es una conocida y exitosa abogada de familia y su profesión es lo primero, le gusta y disfruta con ella. Está soltera, y aunque no quería ser madre, tuvo un hijo que vive bajo la custodia de su padre. Su instinto maternal es nulo y se limita a un régimen de visitas con el que cada vez se da más cuenta los pocos puntos de unión que tienen madre e hijo y al pago de una pensión de alimentos. No le gustan las redes sociales y ni siquiera tiene WhatsApp, pero en cambio sí utiliza alguna que otra aplicación de su móvil. Es una mujer muy atractiva, libre y liberada a quien no le importa correr ciertos riesgos.
Que Aurelia es un personaje que huye de los tópicos está claro, pero es que además de la abogada tenemos al resto de los integrantes de su equipo que tampoco son los personajes todo lo convencionales que podríamos esperar. Me han gustado estos personajes que tan lejos están de los estereotipos que se podrían esperar de ellos.
Además de mostrarnos de manera muy asequible algunos de los entresijos judiciales, Luis Zarraluqui también aprovecha para hablarnos de la importancia de que el cliente no te mienta, lo cual no quiere decir que te cuente todo, para preparar una buena defensa. Tampoco desaprovecha la ocasión para hacer una crítica a nuestro sistema judicial a veces tan lento y enrevesado, los corta pega que a veces se dan sentencias donde hasta aparecen nombres que nada tienen que ver con el caso, y, en los casos de derecho de familia en particular, que no siempre se puedan llevar en juzgados especializados en el tema, con lo que ello pueda conllevar.
Con un final en el que los casos que hemos conocido quedan cerrados, aunque alguno puede que sólo de momento, lo cierto es que el lector quedará intrigado sobre ciertos aspectos de la vida de Aurelia Villalba que, si bien ya se intuye por donde van los tiros, querrá saber la manera en la que se resuelven, así que todo hace presagiar que tendremos oportunidad de seguir conociendo a esta abogada y descubriendo más casos y cosas concernientes al Derecho de Familia.
Yo sin embargo, no soy muy aficionada a las novelas de temas judiciales aunque la verdad es que esta abogada que nos traes me resulta interesante.
Un beso
A mí también me gustan las novelas de abogados y esta no la conocía. Tomo nota de ella.
Besos.
No la conocía; me la has descubierto, aunque tengo mis dudas sobre si me gustaría como a ti. Un besote!
A mí también me atraen mucho y yo no tengo nada que ver con el gremio aunque esta en concreto no sé si lo hace tanto como para anotarla. Lo sopeso.
Besos