Universo de letras, mayo 2023
Anavegana, la parodia que nos pone en guardia ante las políticas alimenticias proyectadas por la globalización
Editorial Universo de Letras saca al mercado una novela mordaz, cáustica por momentos, en la que se expone en clave de humor el sinsentido de algunas actitudes veganas… cuando aparece una planta carnívora
En el fenómeno que se ha dado en llamar la globalización, no todo es de color de rosa o corresponde fielmente a la versión oficial edulcorada que se hace pasar como la única posible. Es buena idea que el ciudadano afile su instinto y suba la guardia para extraer sus propias conclusiones ante lo que se nos da como una verdad incontestable. En estos actuales tiempos líquidos, donde impera la posverdad, no está de más usar el humor fino e inteligente como arma de defensa propia.
Algo en esa línea lleva a cabo Francisco Navarro Rodríguez (Madrid, 1959) con su Anavegana, la última y más reciente apuesta de la siempre fértil Editorial Universo de Letras, perteneciente al Grupo Planeta, un sello enfocado en identificar y servir de altavoz a los nuevos talentos literarios emergentes. Licenciado en Derecho por la Universidad Complutense de Madrid, Navarro Rodríguez decidió —sabiamente— cerrar su despacho de abogado y dedicarse por completo a la pintura, la literatura y la creación de juegos de mesa. Ya ha publicado una colección de cuentos, titulada Los compases del solo, y le llega ahora el turno a la primera de las dos novelas que tiene escritas.
En Anavegana, nos habla con una buena dosis de retranca de la idiocia a que nos vemos sometidos por las directrices de algunos «órganos superiores». En el caso de la protagonista de la trama, era norma, en sus reuniones con la organización animalista a la que pertenecía, repasar los mitos de milenarias tradiciones para demostrar su perniciosa influencia en las civilizaciones. De esta manera, se hablaba de la invención del Arca y su colección de animales destinados a la mesa y al trabajo, contraponiendo a esta ficción la necesidad de una dieta universal sin carnes. Brillante, ¿no creen?
La aparición de un extraño espécimen vegetal procedente de la remota isla de Borneo provocará una especial conmoción, una catarsis profunda en el credo de nuestra frágil protagonista, que se verá obligada a revisar aquello que había dado por incuestionable. La Dromekaria terriboria es el nombre de esa exótica planta carnívora que detonará una cascada de giros y situaciones surrealistas que esconden una invitación a una revisión profunda del mundo en el que vivimos, tan políticamente correcto y tan de pegatina.
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