Caligrama, octubre 2020
Las luces y las sombras de la Primera Guerra Mundial pueblan Al final del camino, la histórica y reveladora ópera prima de la asturiana Silvia Santos.
En la novela Al final del camino se da forma a un amor valiente y unos personajes que buscan la libertad en épocas convulsas.
La editorial Caligrama publica Al final del camino. Una joven escapa de Escocia a Irlanda en 1901. Un nuevo hogar la espera y sobrevivir se vuelve complicado, «pero su mundo se llena de valientes, tiene mucho que aprender mientras sus emociones buscan orden», dice Silvia Santos. La protagonista nunca ha creído en el amor, pero será el amor mismo el que se plante ante ella, obligándola a rendirse ante él. «Es una novela con muchos sentimientos. Una joven que aprende de sus errores y de sus aciertos. Todo su mundo cambia después de su viaje a Cork, nada vuelve a ser igual. Ríe, llora, ama…, vive con mucha intensidad. Aparece un aliento en forma de carta con el que respira profundamente cada mañana. Todo cambia», cuenta la autora.
Los personajes de la obra aparecen y se marchan de forma que su presencia y su ausencia sea algo importante y meditado. Los protagonistas dejan huella en los lectores, porque Silvia Santos los crea de forma que son pura inspiración. La casualidad y el destino rigen sus vidas y ellos, a su vez, toman la decisión de cuidarse y de seguirse en los pasos. Este texto es también un periplo, emocional y paisajístico, y también un abanico de temas que pueden viajar en el tiempo y colocarse en el ahora.
«El conjunto de la novela es mucho más que una historia de amor. Es ella, la protagonista, que no piensa detenerse, con sus lentos andares hace un mundo mejor a su paso», dice la escritora sobre su ópera prima. El talento de Silvia Santos se hace presente en la forma de entrelazar los sucesos, el ritmo preciso y una narrativa cercana, sin florituras, y altamente memorable.
Silvia Santos. La Felguera (Asturias). Desde pequeña ha sentido la necesidad de anotar pensamientos y emociones, que en aquella época eran sólo para ella. Ahora se atreve a compartir parte de esa libertad que nunca le ha abandonado.
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