NUESTRA OPINIÓN… 

Si un libro transcurre en Madrid, sobre todo por los lugares que conozco mucho y por los que he transitado con asiduidad, se hace, para mí, imprescindible. Eso es lo que me pasó con El puente de los tesoros de Óscar Rojo, en cuanto vi que transcurría en un lugar de leyenda como es «El Viaducto» (El puente de los tesoros) tenía claro que tenía que leerlo.

En El puente de los tesoros conoceremos a Marga y Martín, un par de adolescentes que cuando muere su madre tienen que abandonar el lugar en el que vivían en los Montes de Toledo y deciden trasladarse a Madrid en busca del padre de Martín y del inicio de una nueva vida. Pero las cosas no resultan como esperaban, y por si fuera poco les robarán todas sus posesiones con lo que se ven en una ciudad desconocida y sin nada ni nadie a quien recurrir.

De su mano vamos a conocer a una serie de personajes que por distintos motivos se han visto abocados a vivir en los pilares de «El Viaducto», un conocido puente de Madrid sobre todo por la triste historia que le acompaña, ya que durante muchos años era el lugar elegido por muchos suicidas para quitarse la vida;  el papel que desempeña cada uno en ese extraño vecindario, sus habilidades, cómo han llegado allí, sus relaciones y sus vidas.

A través de Marga, Martín, La Señorita Caridad y el resto de habitantes de El puente de los tesoros, Óscar Rojo nos ofrece un relato sobre la indigencia en las grandes ciudades, las mafias y el negocio que éstas generan alrededor de la mendicidad aprovechándose de quien nada tiene, de personas que viven en unas condiciones extremas muchas veces, y con la imposibilidad de salir del agujero en el que se encuentran, personas que han llegado a ese modo de vida por muy diversos motivos.

En ocasiones se trata de personas que llevaban una vida que podríamos denominar como totalmente «normal» y que nunca se hubieran imaginado que iban a acabar así, viéndose abocadas a esta forma de vida por una serie de desafortunadas circunstancias, en algunos casos por culpa de terceros o en las que se han visto implicados aunque hayan sido ajenos a ellas.

Aunque indudablemente la trama de esta novela se trata de una ficción, está claro que también hay mucho de realidad, aunque en algunas ocasiones el autor se tome algunas licencias que no son demasiado creíbles. No es la primera vez que hemos escuchado o leído en los periódicos la historia de algún mendigo tras la que se esconde una vida acomodada que por un motivo u otro se ha torcido. Personas con una existencia resuelta, trabajo, familia y amigos pero a las que vida les ha puesto trampas que no han podido o no han sabido enfrentarse y han acabado pidiendo limosna, comiendo en comedores sociales y durmiendo en las calles, debajo de un puente y en el mejor de los casos en algún albergue.

Para esta narración Óscar Rojo utiliza un lenguaje sencillo, directo y muy visual, creando tramas paralelas que se cruzan con la principal que gira en torno a los personajes protagonistas. Pese a que en ocasiones son de gran dureza los hechos que narra y que indudablemente no nos van a dejar indiferentes, Óscar Rojo también trata de utilizar un tono que huye de la brutalidad que hay en ellos, centrándose más en tratar de que llegue al lector el relato tierno y entrañable que se desprende de las páginas de la novela.

El puente de los tesoros va a ser una lectura en muchos casos incómoda, dura, que nos va a hacer reflexionar muchas cosas, entre otras sobre lo peor que hay en el ser humano, pero también nos descubre que aún cuando las personas se encuentran en las peores condiciones, cuando no tienen nada, también hay lugar para la generosidad.

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